jueves, 27 de diciembre de 2012

Escape en autobús

A pesar de lo que pueda sugerirles el título, la historia no trata de un escape como tal. Este 'cuento' lo escribí, si no me equivoco, en marzo de 2012, mientras realizaba un curso de escritura. De todos los que ya tengo, es mi favorito. Espero que les guste. Un saludo.

Esa misma mañana me habían despedido de mi trabajo. Yo no disfrutaba mucho el estar en una oficina, pero necesitaba de ello. Mis estudios no se pagarían solos. Los dueños de la residencia donde vivo están hartos de mí y de mis malas pagas. Sabía que no lograría ponerme al día. Empaqué mis cosas y me largué de la residencia.

¿Qué podía hacer? Había vendido mi carro hacía un par de meses, justamente para librarme de las deudas. Revisé mis bolsillos. Tenía suficiente como para una noche en un hotel. No me gustaba esa idea. Quería hacer algo diferente. Vi pasar un autobús, a lo lejos. ¿Si me subía, que tan lejos me llevaría? No tenía nada que perder.

Empezaron a caer gotas del cielo gris que me cubría. Me deshice de lo innecesario, y me quedé con dos maletas. Otro autobús se detuvo. No lo pensé dos veces y me subí. Ideé todo un plan; pasaría una hora en cada autobús que pudiera durante esa tarde. No tenía un buen presentimiento, pero me sentía libre. Mientras la gente entraba y salía, yo estaba absorto en mis pensamientos.

Unas horas después terminé en un adorable pueblo. Era distinto a lo que yo acostumbraba. Caminé un par de cuadras y conseguí una posada. Cuando entré de mi cuenta de lo lejos que estaba de casa. No me preocupó. Realicé una especie de check-in y pasé la noche ahí.

Pensaba en la demás gente del autobús. ¿Ellos harían algo así? Sus obligaciones seguro se lo impedirían. Mi teléfono sonó varias veces. No le di importancia. Caí dormido.
Amaneció. La luz atravesaba la pintoresca ventana del sitio. Se supone que cerca de donde estaba había una playa. Tenía años sin ir a una. Recorté los pantalones que tenía puestos hasta mis rodillas y me dirigí a la playa. El sol y el cielo azul formaban un hermoso paisaje. Me introduje al mar. Me sentí de vuelta en mi infancia. Al salir me di cuenta del hambre que tenía.

Había un grupo de jóvenes comiendo en la playa. No tendrían más de 22 años. Me acerqué a ellos y les busqué conversación, aunque lo que me interesaba era que me dieran comida. No tuve que esperar mucho. De pronto, había hecho amistad con unos mochileros. Me invitaron a acompañarlos en su viaje. Acepté.

Volvimos al pueblo para salir hacia otro lugar. Algunos de ellos me acompañaron a vender algunos objetos que tenía, como mi teléfono o mi reloj. Un hombre que conseguimos en la plaza se los quedó, casi regalados. Ya tenía un poco más de dinero.
Busqué mis dos maletas en la posada. Me preparé para el viaje, y nos subimos a otro autobús. No sabía adónde nos llevaba, pero no me importó.

Felipe Torres

Introducción

Hola. Mi nombre es Felipe Torres y tengo 15 años.

Desde pequeño he participado en diversos talleres y cursos de escritura que me han ayudado a desarrollar mi capacidad creativa, la cual, sin embargo, no utilizo en demasía. El objetivo de este blog es publicar mis creaciones, ya sean cuentos, relatos... y así saber las opiniones de quienes quieran leerlo.

Gracias, un saludo.